
Enojo y frustración
El enojo es una emoción intensa que surge como respuesta a una situación percibida como injusta, amenazante, o que genera un obstáculo a nuestros objetivos. Es una reacción natural y puede ser adaptativa al motivarnos a enfrentar problemas o defendernos. Sin embargo, cuando el enojo se vuelve frecuente, desproporcionado o incontrolable, puede convertirse en un problema psicológico o conductual.
Desde la psicología, los trastornos relacionados con el enojo, como el trastorno explosivo intermitente, se asocian con episodios de ira desproporcionada y dificultad para manejar emociones.
La frustración es una emoción que surge cuando hay un bloqueo entre nosotros y nuestras metas o deseos. Puede estar relacionada con la sensación de fracaso, impotencia o insatisfacción al no poder cumplir con expectativas personales o externas.
En psicología, la frustración se analiza en el contexto de la tolerancia a la frustración, que es la capacidad de una persona para manejar situaciones adversas sin reaccionar impulsivamente. Una baja tolerancia puede derivar en problemas de conducta, ansiedad o depresión.